domingo, 20 de noviembre de 2016

ARTE, ESTÉTICA Y DERECHO

Acostumbrados a trabajar en un entorno gris confeccionando fríos documentos derivados de modelos preconcebidos a especie de “prêt á porter” debe tenderse a dar un paso, un cambio en la observación del mundo del derecho.
Hace veinte años trabajábamos con una Olivetti y papel de carca; los legajos se cosían; los manuscritos se hacían en un papel muy fino de color rosa mientras las carpetas azules de cartón y cedidas gomillas se descoloraban en las polvorientas estanterías de los despachos.
Me preguntaba el porqué la arquitectura, la pintura habían evolucionado constantemente desde catedrales a rascacielos o desde Tintoretto a van Gogh

Sin embargo el derecho se había estancado y encorsetado en lo convencional… en aquél fino papel rosa.
Pero todo debe cambiar y la estética, la luz debe entrar en el mundo del derecho para sacarlo de esas cuevas oscuras llenas de formularios y rancia madera.
El sistema anglosajón, sin perder un ápice de eficacia y seguridad, ha sabido cambiar este aspecto lejano y oscuro que a veces presenta nuestra profesión, debido a su carácter flexible y a las posibilidades de adaptación que le otorga su sistema consuetudinario.
¿Es posible dar un toque de color; de arte entendido como expresión de un sentimiento, a una materia tan plana y aparentemente lineal como la jurídica, sin olvidar nunca el rigor y la responsabilidad que nuestra profesión conlleva.?
Por supuesto que sí..

Cosas que pasan.




No hay comentarios:

Publicar un comentario