Llueve
lentamente, Marylin está a un solo click de actualizar su Smartphone de
ultima generación.
Mira al
techo del coche y tiene la sensación que es de cartón.
Admira el discurrir de las personas despreocupadas caminando sobre las
calles mojadas; bajo la lluvia suave.
Mientras
chupa ansiosamente su roja piruleta sabor a fresa; observa como el taxi amarillo
que había cogido de forma precipitada, que le llevaba volando por enésima vez al Tribunal, parecía pirata y,
sentada en su asiento trasero, percibe como si un cadáver hubiera estado
tendido sobre él.
El joven chófer
pakistaní acelera y se salta un semáforo en ámbar, una mujer mayor cruza abriendo
su paraguas y es brutalmente atropellada quedando tendida sobre el paso de cebra dibujado sobre la
gris avenida.
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